Juan Félix fue un gran tejedor. Las cobijas de lana las tejía en un telar inventado y hecho por él. Constaba de tres lisos con los cuales lograba patrones de diseños en rombos que las convertían en piezas originales con un juego cinético a la vista, aspecto sin precedentes en la estética tradicional. Las sillas y los bancos de la capilla fueron, asimismo, hechos por él con sus propias manos y herramientas básicas, así como también la mayoría de las sillas de la casa. Igualmente, las tallas de la capilla. También esculpía tallas más pequeñas para obsequiarles a sus amigos.